Tú tienes una familia.
¿Verdadero o falso? FALSO
Origen
Desde pequeños nos acostumbramos a usar un lenguaje posesivo, tanto para cosas como para personas, lo que nos hace sentirnos dueños de quienes forman parte de nuestra familia. Nos han hecho creer que nuestra pareja nos pertenece exclusivamente, y que nadie más puede amar a esa persona. También nos han inculcado la idea de que es indispensable tener pareja, ya que las personas que viven solas no son bien vistas socialmente. Además, se nos ha enseñado que los padres son dueños de sus hijos y que nuestra felicidad depende de ellos.
Consecuencias
Pasamos la vida luchando por proteger a nuestros seres queridos, sintiendo miedo a perderlos y angustiándonos por su bienestar. Nos aferramos a ellos con apegos y celos que nos impiden ser felices por nosotros mismos, y les exigimos que estén con nosotros para sentirnos mejor. Creer que poseemos a alguien nos llena de ansiedad, inseguridad y miedo al distanciamiento o la pérdida. Mientras mantengamos estas creencias, será inevitable sufrir. Es importante cuestionar cualquier creencia que no contribuya a nuestra paz interior y armonía externa.
Consejo sabio
Lo sabio es establecer acuerdos con tus seres queridos y renunciar a la tentación de controlar y sufrir por ellos. Comprende que cada experiencia ofrece una oportunidad de aprendizaje. La exclusividad en las relaciones es una ilusión; el amor es universal, y los acuerdos varían según el tipo de relación, ya que no existe el mismo acuerdo con una pareja, que con un amigo. No confundas amor con posesión; la exclusividad surge del miedo y la inseguridad. Debes liberarte del sentido de posesión y disfrutar de las relaciones sin apegos ni miedos. Aprende a valorar y disfrutar de las personas sin querer poseerlas, ya que la libertad te hace gozar plenamente de las relaciones. Recuerda que no perteneces a nadie, y nadie te pertenece.